El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.
Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.” Lucas 4:18
¿Y cómo lo hacemos? Creyendo primeramente y viviendo en esa creencia. A partir de hoy no diga:
“sé que algún día Dios me va a sanar.” Él ya lo hizo!! Diga: “por la llaga de Jesús estoy sano, mi cuerpo rebosa de salud!” Use su fe para acceder a esa sanidad. Use su fe ahora y no la deje para después. La fe no es para mañana, la fe habla de las cosas en el presente. No es esperanza, es convicción de una realidad presente. Usted ya es sano. Usted ya ha sido sanado. Dios la obra ya la hizo, Él no tiene que hacer nada más. Él ya lo hizo todo. Su fe trae a la realidad lo que en el espíritu ya existe. No deje las cosas para después porque la fe es para hoy.
Hoy es el día de su sanidad. Hoy recibe su salud.
Diga: “la palabra es medicina para mí, Jesús es mi sanador, yo creo a la palabra, recibo el beneficio. Hoy es el día de mi sanidad. Gracias Señor.” “Yo alcanzo ahora lo que me pertenece como hijo de Dios, heredero del pacto divino. No estaré ni un día más enfermo. Me declaro sano. Mi fe trae a la existencia lo que ya es en el espíritu.”
Acérquese a Dios. Permita que Él le dé la vida que usted siempre anheló.
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