lunes, 26 de septiembre de 2011

Reconstruyendo Nuestro Interior Para Ser Un Vencedor

Vemos en la biblia en los libros de Esdras y Nehemías la lucha del pueblo de Israel en restaurar la ciudad y el templo que estaba en gran ruina, y en la oración de Nehemías vemos la causa que llevó a la destrucción.

El mal siempre va a intentar entra en la vida de aquel que sirve a Dios, pues cuando eso sucede toda la vida de esa persona será de puras destrucciones, miserias, pobreza, enfermedades y toda suerte de problemas. Pero ¿cómo eso acontece? ¿Cómo es posible que santanas tenga acceso a la vida de uno?

Los espíritus malos siempre utilizan personas y situaciones, para generar atreves de palabras, pensamientos y sentimientos, los dolores. Matando y destruyendo la autoestima, los sueños y deseos de un corazón. Toda palabra genera una reacción, positiva o negativa. Dice la palabra de Dios que Nehemías lloró, ayunó y oró cuando recibió aquella noticia que su familia y su pueblo estaban en la gran miseria.

“Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.” (Nehemías 1:3-4)

Nehemías lloró con aquella noticia, pero también reconoció que todo aquel mal que el pueblo de Israel estaba viviendo era por su propia culpa, todo aquel sufrimiento era porque ellos se habían apartado de Dios. Mientras la persona no reconozca que el problema está en uno mismo, Dios no podrá hacer nada por ella. Muchos quieren cambiar la historia de su vida, pero no entienden que primero deben cambiar por adentro, debemos hacer como Nehemías, reconocer que nosotros que necesitamos de Dios y buscarlo.

“…y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.” (Nehemías 1:6-7)

En vez de está buscando culpables por la situación, debemos hacer como Nehemías, luchar por la reconstrucción de nuestro interior, y eso solo es posible cuando reconocemos que necesitamos de Dios. Dios solo puede salvar a aquel que reconoce que está perdido.

“…pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.” (Nehemías 1:9)

Que Dios ilumine su entendimiento y que la paz de nuestro Dios esté para siempre en su corazón.

Pr. Julio Cesar

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