Pelea por tu bendición, cada día, no permitas que el ángel se vaya sin bendecirte.
Entonces el ángel le dijo: suéltame, ya salio el sol. Pero Jacob respondió: no te suelto, si no me bendices. Génesis 32:26
Creo que todos hemos escuchado de Jacob, pues es uno de los patriarcas, pero no muchos saben de este capitulo
en la vida de Jacob, en este momento estaba siendo perseguido no solo
por su hermano gemelo, sino que también esta huyendo de su suegro caminaba sin un rumbo fijo, talvez esperando que un milagro sucediera en su vida, confiando solo
en una promesa que su viejo padre Isaac le había contado, y creyendo en
un sueño que hace años mientras también huía de su hermano tuvo en un
lugar que llamo betel.Caminaba
cansado de que su nombre expresara lo que en realidad era, un engañador y
un usurpador.
Una noche, cruzo un arroyo con su familia, entonces alcanza a ver algo
entre unos arbustos al otro lado, lo primero que se le vino a la mente
fue que quizás era su hermano que lo había alcanzado y que le preparaba
una emboscada, pero luego de ver bien, sus ojos y su corazón le dijeron
que lo que veía no era algo común, entonces la curiosidad le lleno la
mente y pensó: talvez esta es la oportunidad que estaba esperando, y sin
pensarlo dos veces cruzo el arroyo, dejo su familia, sus pertenencias
atrás y fue tras aquel desconocido que había visto merodeando entre los
arbustos, al momento de alcanzarlo, logro ver que aquel personaje no era
humano, entonces se acerca, ahora con un poco de temor, y le pregunta: quien eres, a quien buscas, a lo que el ángel solo responde: ya es hora de irme, Jacob no lo puede creer es un ángel de Dios, pero no viene a buscarlo a él, miles de ideas pasan por su cabeza en un segundo, pero al notar que en ángel
estaba a punto de marcharse, pensó: que importa si no viene por mi, ya
esta aquí y talvez esta oportunidad no la volveré a tener, así que le
tomo la pierna a el ángel que ya estaba a punto de despegar y le dijo: bendíceme, el ángel
le responde, no puedo bendecirte pues no vine por ti, suéltame, pero
Jacob no lo soltó y peleo con fuerzas para poder contenerlo, cuando el ángel vio que no lo soltaba, hirió su muslo, aun así Jacob no lo soltó, entonces el ángel le dijo: suéltame que casi amanece y me tengo que ir, y Jacob herido y cansado le dijo: no te suelto si no me bendices.
Al final el ángel le pregunta: cual es tu nombre, el dice: Jacob, entonces el ángel le dice: ya no será mas tu nombre Jacob, mas Israel serás llamado, y así comienza la historia de Israel y sus doce tribus.
Al igual que Jacob, talvez tu te encuentras en persecución, que
talvez tu pasado te acosa cada día, o talvez alguna maldición
generacional te persigue, no permitas que esto te detenga o te haga
decaer, no permitas que las circunstancias te hagan desistir, confía en
el Señor, que aun que la bendición pareciera que tarda en llegar, confía
en que llegara, y si no llega pelea por tu bendición, pelea con todas
tus fuerzas y has que día a día el Señor te bendiga, no te dejes vencer
por esa herida que tienes aun así, aun cansado, sigue peleando, que el
reino solo lo arrebatan los violentos.
Iglesia Mundial del Poder de Dios
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