“Y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.”Marcos 4:29
Todo lo que el labrador hace, lo hace con algo en mente: “La expectativa de la gran cosecha”. No hay que esperar y decir: “¡Dios lo hará!” Debe esperar de manera activa haciendo lo que Dios lo guía. ¿Por qué? Porque el que comenzó la buena obra la completará. Dios tiene un propósito en mente y usted tiene que tener la expectativa de una gran cosecha.
Tiene que tener expectativas grandes para que mucha gente reciba la Palabra de Dios y la semilla de fe. Usted invierte igual que el labrador. El labrador invierte tiempo, dinero, esfuerzo y tiene la expectativa de que le producirá un precioso fruto.
En esa área que está esperando tiene que trabajar com el Espíritu Santo en el desarrollo de esa planta. No se desanime, ni abandone su cosecha porque a su tiempo vendrá. Uno no puede sembrar una semilla y pensar que al otro día se levantará y ya tendrá su árbol de manzanas.