sábado, 7 de abril de 2012

Todos podemos ser nuevas criaturas.

Había un fariseo llamado Nicodemo, un hombre importante entre los judíos. (los fariseos eran considerados hipócritas, fingidos, porque vivían de apariencia… al fariseo le gustaba aparecer, pero no vivía de lo que aprendía)

Nicodemo vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que Tú haces, si no está Dios con él.

Creemos que si Nicodemo se acercó a Jesús y reconoció que Dios estaba con Él, es porque de verdad quería cambiar, quería ser un hombre totalmente diferente a lo que era, y sabía que sólo a través de Él lo lograría.
¿Y cuántos de nosotros que estamos aquí también lo hemos deseado?
Ser hombres y mujeres totalmente diferentes, con pensamientos diferentes, actitudes diferentes, vocabulario diferente, ¿cuántas veces nos lo hemos propuesto y lo hemos intentado? Algunos lo logramos por algunos días y, otros, con muchos esfuerzos, algunas semanas, y luego volvimos a lo mismo…
¿Por qué?

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios.
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

La pregunta que Nicodemo hizo, es la que muchas personas viven haciéndose a sí mismas, cuando escuchan que, para que puedan ser felices, es necesario cambiar en muchos aspectos de su vida.
Es ahí cuando comienzan los conflictos internos: ¿cómo voy a cambiar? ¡Ya lo he intentado y…nada! Ya hace tanto tiempo que soy así: gritón, histérico, mentiroso, flojo, infiel, mujeriego, indiferente, frío, agresivo, inseguro, miedoso, sentimental, emotivo, golpeador, vago, etc., etc., etc.

Entonces Jesús respondió: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.

De agua, de la Palabra de Dios que es pura y verdadera.
Del Espíritu, del poder que viene de Dios, que nos da capacidad.

O sea, sólo cuando somos poseídos por el Espíritu Santo, cuando Lo invitamos a que entre en nuestras vidas y tome Su lugar, conseguimos ser personas completamente diferentes de las que somos, como sucedió con el apóstol Pablo, sólo después del momento en que tuvo un encuentro con aquella Luz que resplandeció sobre él, que era el Espíritu Santo, es que pudo ser un hombre totalmente diferente.
Y eso es lo que está pasando en la vida de muchas personas en los días de hoy, que lo han deseado con todas sus fuerzas y han abierto las puertas de su vida dándole a Él la bienvenida.

Nosotros, los que estamos aquí, podemos ser mejores cada día: mejores maridos, mejores esposas, mejores novios o novias, mejores parejas, mejores compañeros, mejores amigos y mejores personas…¡todo depende de nosotros!


Acérquese a Dios. Permita que Él le dé la vida que usted siempre anheló.

Av. Lafragua 936, esq. Collado
Col. Zaragoza, Veracruz, Ver,
Tel: (0052) 229291 4158

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